Procede tal cual del latín y su significado
“oficial” era el de ‘estuche, cáscara’.
San Isidoro de Sevilla (hispanorromano, s. V-VI), en sus Etimologías, define la palabra como
‘funda para cubrir el filo de la espada’.
Sin embargo, ya en las comedias del autor latino Plauto (s. III-II a.C),
se encuentra a veces la palabra con sentido metafórico obsceno para referirse
al órgano sexual femenino, en el sentido de ‘funda donde el varón mete su espada’.
Conclusión: la palabra “vagina” a la que nos referimos
hoy en día, es un cultismo por su forma, aunque el significado es muy
popular. La palabra patrimonial
resultado de la evolución de la latina VAGINA, es VAINA (‘cáscara larga y
tierna en que están encerradas las semillas de algunas plantas’), que mantiene
el significado latino.
Pero aún hay
más… Los conquistadores españoles de
México descubrieron un tipo de orquídea que tenía un fruto del que se obtiene
un delicioso aromatizante. Este fruto se
parece a la vaina de una espada, pero diminuta.
¿Adivináis? Pues sí… esos
conquistadores empezaron a llamar al susodicho fruto VAINILLA.
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